INFINITO
Me envuelve siempre la música
de tu amor.
La que exhala tu alma entre la melodía
del tiempo, cadencia de presencias y
ausencias,
Noches que se vuelven días, días que
se vuelven noches.
Todo viene todo llega, todo en algún momento
se va.
No te quedes sin irte.
No te vayas sin quedarte.
Tus sueños se han llevado mi nostalgia.
Te espero en la orilla de los tiempos.
Estoy en el confin de los mundos,
donde se acaban los caminos.
He llegado hasta aquí porque mis ojos
se vaciaron de tanto ver.
Estoy ciego, ahora contemplo con el alma,
veo adentro ciego de tanta luz.
Palpito con las olas de un inmenso mar.
Sus círculos me abrazan, sin cesar.
Se que también aquí te encuentro.
Autor: padre Eduardo Casas.
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